Caím Mortis, colombiano conocido como el " hombre demonio" por sus transformaciones que lo hacen ver como el mismisimo diablo.
Su nombre real es un completo misterio. Ahora solo quiere que lo llamen Caím Mortis y quiere olvidar por completo todo rastro de su familia biológica. "Mi mamá tiene miedo de verme".
Tiene 44 años. Es hincha de Santa Fe y parte de una familia de clase media bogotana; estudió bachillerato en el Colegio Cafam. El canal NatGeo lo mostró en un programa llamado Tabú, como uno de esos seres extraños que no está conforme con el cuerpo que la naturaleza les dio. Caím sólo sueña con el día supremo en el que por fin se parezca al diablo. Hasta el momento se ha realizado ocho modificaciones corporales que lo han acercado a su meta. Su metamorfosis empezó cuando tenía 13 años con un pequeño tatuaje en la espalda donde le pintaron la figura de un cabro, luego siguió con pequeñas perforaciones en las orejas, donde se puso aretes y más tarde siete conductos en la nariz, tambien se modificó la lengua hasta partirla en dos para tener la apariencia de un reptil, se implanto en la frente piramides de acero (para aparentar cuernos), se perforó las cejas, las tetillas y las manos y hasta ahí la cosa parecía normal para él. "Y empezaron los señalamientos, en la calle, en el barrio, me confundían con un pandillero, me rechazaban y me asociaban con cosas malas. En mi casa sentía el rechazo y mi papá, un militar retirado que trabajaba como escolta, no me aceptó, me quería ver como él" Dice Caím.
Tiene 44 años. Es hincha de Santa Fe y parte de una familia de clase media bogotana; estudió bachillerato en el Colegio Cafam. El canal NatGeo lo mostró en un programa llamado Tabú, como uno de esos seres extraños que no está conforme con el cuerpo que la naturaleza les dio. Caím sólo sueña con el día supremo en el que por fin se parezca al diablo. Hasta el momento se ha realizado ocho modificaciones corporales que lo han acercado a su meta. Su metamorfosis empezó cuando tenía 13 años con un pequeño tatuaje en la espalda donde le pintaron la figura de un cabro, luego siguió con pequeñas perforaciones en las orejas, donde se puso aretes y más tarde siete conductos en la nariz, tambien se modificó la lengua hasta partirla en dos para tener la apariencia de un reptil, se implanto en la frente piramides de acero (para aparentar cuernos), se perforó las cejas, las tetillas y las manos y hasta ahí la cosa parecía normal para él. "Y empezaron los señalamientos, en la calle, en el barrio, me confundían con un pandillero, me rechazaban y me asociaban con cosas malas. En mi casa sentía el rechazo y mi papá, un militar retirado que trabajaba como escolta, no me aceptó, me quería ver como él" Dice Caím.
La primera cirugía le costó alrededor de 100 dólares. Las demás han sido un regalo del tatuador venezolano que lo tiene como una especie de vitrina comercial. Aun cuando en cada intervención los modificadores corporales utilizan anestesia y hasta recetan antibióticos y analgésicos, el dolor posquirúrgico es impresionante y puede durar entre 15 y 20 días. Pero parece que eso no les importa a las personas que, como Caím, quieren verse distintos sea cual fuere el resultado. "Cuando pasa el dolor queda la satisfacción de verse lindo", dice Caím.
Caím y su esposa Gea son conscientes de ser una especie de "bichos" raros en una sociedad que no soporta las diferencias. Por eso quieren irse a países como Chile, Argentina, Brasil, Panamá o Costa Rica, donde consideran que valoran más ese tipo de expresiones.Actualmente decidió mudarse a México en donde iniciará una carrera de DJ este mes de octubre, durante la celebración del tradicional “Halloween”.
Aca el video de su vida actualizado:
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